viernes, 26 de junio de 2020

Mil maneras de matar

Y si no hablo se me revientan los sesos
                                   HOY NO TOCA HABLAR DEL SAHARA

   LIVES MATTER

   Una vida menos me importa, una vida menos me duele, la siento mucho y sufro el instante. Cuando veo una película, que es donde mejor se vende la muerte, sufro también por cada muerte ficticia y me duele. Cuando veo una escena emocionalmente triste, se me encoge el alma y cuando es muy muy triste, se me hace un nudo en la garganta y seguidamente se me asoma una lagrima que no puedo contener y me encojo y me acurruco conmigo mismo, y, si estoy con personas alrededor, intento disimular mi agobio y mis lagrimas, me desentiendo de todos hasta recuperar mi estado anímico, mas bien, el que me exige la compañía. Sinceramente, me agobia la tristeza de otros, su tristeza
    Sin embargo, cuando se trata de la mía, primero, intento no mostrarla y luego si es manifiesta, intento huir y no quiero que nadie la siente.
    Pero, cuando alguien mata adrede, solo movido por el odio o el desprecio hacia otra persona, otra raza, otra creencia, eso, se convierte en IRRACIONALIDAD. Matar por odio es irracional, vivir con odio es irracional. y, cómo se llega a ser odioso, pregunto?.
    La irracionalidad, no es pasajera (eso es lo malo), es, alimentada con cada palabra con cada mirada y cada sonido y, siempre tiene su clímax, su desenlace (trágico o no), este punto de inflexión, ese instante, tampoco es el fin (es lo peor), Esto luego deriva, en otro conflicto para que esto genere más odio o despierte nuevos odios o simplemente, nazcan nuevos odios.
   y...
   Luego, estamos los cuerdos, los artistas (en los que me incluyo), que siempre intervenimos para lograr la paz y el entendimiento, lo hacemos activamente o pasivamente con palabras, con arte o con música, porque la vida tiene que seguir, con todos sus colores y sabores, pero sin odio.
   Yo, cuando alguien me cae bien (por su puesto nunca lo odiaré), me emociono y se me nublan los ojos, quizás no delante de él/ella, pero si lo recuerdo o si hablo de él/ella, si, se me nota. Yo jamás supe lo que es odiar, porque siempre estuve enfrascado en querer y jugar y divertirme con otras personas hasta hoy. Aún me quedan muchas personas por conocer y querer y quizás amar y tal vez emocionarme con sus alegrías o sus sonrisas o mejor, con sus emocionantes y lucidas palabras.
   Otra cosa y ya para acabar, amo intensamente a los seres emocionalmente bellas (como yo) y, tienen la capacidad de expresarlo muy nítidamente.

Por ejemplo...


BLACK LIVES MATTER

LA ARROGANCIA Y EL ODIO, NO TIENEN CABIDA EN EL SER HUMANO

 

 

 

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