Autoría

Mi es yo cuando pienso y yo pienso
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Allá voy.
 y empiezo por la mitad, porque lo de antes, es ídem a la historia de mi generación y de mi pueblo, porque yo nací con la revolución y, eso esta en los libros y en la memoria de todos los saharauis.
... Cuando terminamos el bachiller (preuniversitario, en Cuba), nos reunieron un total de 60 saharauis, para decirnos qué carrera universitaria iba a hacer cada uno. A mí me tocó porque sí, Filología Hispánica, me hubiera gustado Arquitectura. pero no, mi opinión no se tuvo en cuenta.
Así me tocó y así lo hice.
Estudiar una carrera universitaria, es como en todas. Aplicarse al máximo, trasnochar, madrugar, faltar a clase y todo eso...
Pero yo en fin la terminé, con nota regular, al igual que el bachiller, que soy del montón, cosa que me alegra, aunque yo pensaba que podía dar un poco más y, eso mismo me recriminó una de mis profes, pero bueno, mi otra parte no estudiosa, tuvo algo que ver.

...

De vuelta a los campamentos, ya con veintitrés años de edad, volví a reencontrar a mi familia después de trece años. Apenas había comunicación alguna en todos esos años, por lo que la vuelta fue muy difícil y rara, porque, entre mil cosas, apenas recordaba lo que era y quién es mi familia. Pero todo esto, yo creo que esta dicho en un relato que escribí, apenas llegado a España.(ver relatos "de la toronja y la tormenta")
Al poco tiempo de estar en los campamentos, me di cuenta que no hacía nada allí o, al menos eso creí en aquel momento, y me marché a Mauritania, en un acto de rebeldía, la verdad, sin saber a donde me llevaría el destino. Un año y medio luego, me encontré en Las Palmas de Gran Canaria y vuelta otra vez a los estudios. Intenté estudiar un doctorado pero no lo terminé. Me puse a escribir, aunque ya lo hacía en Cuba.
Y, la verdad, conocí a gente maravillosa en canarias que me hizo creer y ver la vida tal como es. También poco a poco, fueron llegando amigos saharauis de Cuba y así fuimos hablando y viéndonos. Nos decidimos a crear un grupo de escritores saharauis, eso sí, con el apoyo de la gente adecuada y precisa.
Y, se formó generación de la amistad saharaui, un 7 o, 5 de julio de 2005 en Madrid, era un día terriblemente caluroso bochornoso. Alli estaba yo. Somos un grupo de amigos (que no conocidos), ligados y dedicados a las letras. El nombre es perfecto porque realmente, es la amistad nuestra familia y nuestra vida, de pin a pa, o sea de niños a viejos (Ahora).
y, la verdad, que hemos y seguimos haciendo cosas muy buenas y bonitas, por nosotros y por el Sahara. Sin duda es un acierto, porque el conflicto del sahara, aún esta estancado y nosotros seguimos con la pala y el pico para ayudar en la medida de lo posible, y siempre tratando de no estorbar a quien sea.
Así es. No hay mucho que contar de mí la verdad. En el resto del blog, esta algo de mi bibliografía.


En el año 2006, apenas cumplimos un añito, empezamos más o menos así...

Un brindis necesario           
Madrid, no es la ciudad de mis sueños. La primera vez que pisé esa tierra, procedía de Cuba y apenas reparé en ello. Un policía tenía mi documentación, me hizo ir a una especie de albergue que estaba en el mismo aeropuerto de Barajas, allí pasé una noche, al día siguiente abandoné Madrid y España. Me fui escoltado por dos policías hasta subirme a un avión argelino.
    Ahora, años después, Madrid me recibe y, me vuelve a despedir, esta vez escoltado por dos chicas guapas y atentas, sin duda esa ciudad me da y me quita, eso si, fugazmente siempre. De Madrid no conozco ni las calles ni las plazas ni los monumentos y por ende no conozco su gente, pero su nombre me suena a cotidiano por lo que es.
Como saharaui, tuve la oportunidad de participar en un curso de verano de la Universidad Autónoma de Madrid, titulado, “los saharauis y “nosotros”, un desafío pendiente y urgente”. Eso, en sí mismo ya constituye un logro para una causa estancada y marginada como la nuestra. Me invadía la emoción. Ese hecho de que una universidad hiciera el gesto de, en cierta manera, divulgar, reconocer y hacer conocer al Sahara, que, en su momento, formó parte de España, es de honrar y agradecer. Mil gracias.
Fueron tres días de conocimiento intensivo del Sahara, también de reencuentros y encuentros y, sobre todo de mucho calor, demasiado calor. Colmenar viejo, nos acogió, quizás para reconciliarse con la historia, por aquello del barrio del Aaiun con el mismo nombre. Sus calles estrechas, curvilíneas y en casos malogradas, también formaron parte de esa experiencia que fugazmente vivimos.
No pretendo, ni mucho menos, hacer un resumen del curso, más bien, una reflexión que trate de abarcar a todos y a cada uno de los asistentes, ya sean alumnos o ponentes. No tengo nada que objetar a nada ni a nadie del curso, pero sí a la historia y a España, las voces que se alzaron en el curso, de la índole más diversa, corroboran mi  sentir, nuestro sentir. Y solo me queda decir, para acabar, que la historia se escribe hoy y se lee mañana y este gesto de aproximarse a los saharauis bien vale un buen trozo de historia. Amen.
En nombre de la “generación de la amistad saharaui”, una vez más, mil gracias a la universidad y a los asistentes que, con sus voces y las nuestras conseguiremos nuestro objetivo, sin duda.
A mí, por fin, siempre me quedará Madrid, por aquello del “obligado paso”, aún sabiendo que todos los caminos no pasan por Madrid.

Chejdan Mahmud Yazid.
Las palmas de g.c. 25/07/2006 


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