martes, 7 de abril de 2009

Zonaciones


Tu boca es calida,
lo sé;
lo sabes.
tu lengua es azul,
como tu discreto vestido negro.

Parece vivo tu cabello que,
hasta padece tu ira…

tu mirada:

de eso no hablaré.

En el recuerdo de tu cándida
mordedura,
me voy a Paris a cantarle
una indefinida balada
a una mujer de amoríos
furtivos o banales.

Quizás te diré luego,
he ido al burdel,
ese, donde los pechos
me abren la ventana
y, bofetean mi lengua sin cesar.

¡Ahora!,

la sombra
de alguna duda maliciosa,
se diluyó temprano,
creeme,
fue justo después de creer en la verdad,
mi verdad, tu verdad.

Ah.
No me preguntes porqué
de esto y de aquello:
ya sabes mi respuesta.

Y yo de alguna manera.

continuaré pintando,
Si no se me pierde el pincel
y,
la pintura sigue aún fresca y muy descarada.

No hay comentarios: