sábado, 16 de mayo de 2009

Una flor mirándome a mí

Y si me miras y te callas.
No me habré percatado
que tus ojos sueñan conmigo.

Y si te veo y no te digo nada,
es porque me gusta tu perfume.

Dime lo que quieras
en esta noche de viento y arena,
entrégame eso que tienes para mí.
No me lo niegues, en ninguna hora
ni en ningún momento.
Abrázame solo y, contaré
los latidos de tu corazón.

Ve a donde estoy yo,
y coge mi mano aún desmarcada
de grandes penas, rehén de ti ayer
Cautivada por ti hoy.

Abre tus carnosos labios,
Y muéstrame tus dientes
enamorados entre sí. Rogadles
que me muerdan una y otra vez y,
diles que yo soy tu mejor amante.

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